Luz: Prefiere luz indirecta brillante, pero no debe recibir luz solar directa.
Temperatura: Le gustan las temperaturas cálidas, entre 18 °C y 26 °C, y es muy sensible al frío.
Riego: Riega la peperomia cuando el sustrato esté seco, ya que es sensible a los excesos de riego. Puedes regarla por inmersión o con un autorriego natural.
Suelo: Requiere un suelo con buen drenaje y rico en materia orgánica.
Fertilización: Puedes fertilizarla con una capa delgada de humus sobre el sustrato 1 o 2 veces al año.
Humedad: En los meses más cálidos, le gusta la mayor humedad. Puedes aumentar la humedad alrededor de la planta agrupándola con otras plantas, rociándola con un atomizador o colocando la maceta sobre un platillo lleno de piedras y agua.
Limpieza: Para quitar el polvo de las hojas, puedes colocarla en la ducha o lavarla suavemente con la manguera.
Plagas: Las peperomias pueden ser atacadas por insectos como la cochinilla algodonosa, los ácaros y la araña roja. Puedes usar un insecticida acaricida ecológico para erradicarlos.
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